El arte es imaginación y mi obra

es imaginación en voz alta

EQUILICUÁ

El tiempo ha pasado, pinceles secos y botes de pintura cerrados, dos vidas más a este mundo, una ruptura con el pasado, cosas de otras vidas y de repente EQUILICUÁ.

No cayó ninguna manzana en mi cabeza, fue mi cabeza la que daba vueltas en el lienzo y desde ese mismo momento el reloj empezó a funcionar. 

Esa cabeza con dos manos y diez dedos sigue creando por arte de birlibirloque colecciones diferentes, colecciones donde no hay cabida para el aburrimiento, pero si para la serenidad y la sensibilidad, fue mi ¡Eureka!, el ¡ya lo tengo!, ¡lo he encontrado!, ¡ecce eccum!

¡Equilicuá! El optimismo y la alegría que me aporta esta exclamación cuando sigo encontrando, sintiendo y creando en consonancia, con cada una de las obras.

Está colección compuesta por 23 lienzos y más de 150 láminas sobre papeles del siglo pasado, que parten de una maleta de madera antigua que me regaló mi padre para que yo la siguiera llenando de sueños, forman parte de mis mayores tesoros. 

De aquí nacieron otros micro planetas y supernovas: Aletheia la verdad, Lascaux lo primitivo, Lemniscata el infinito Valeria amor en el recuerdo, el presente y el futuro, Olafur la arquitectura y la luz unidos, Aura los colores y la energía luminosa, Party la celebración, Multiverso la unión y la existencia Stampa mi pasión la escritura Silencio interior y exterior

 

“Equilicuá”, 2016 (Málaga)

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